Sexo y género
- kevin mendoza
- 5 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Lamentablemente, la desigualdad entre hombres y mujeres es estructural en nuestra sociedad. Estas situaciones que vemos constantemente en nuestra vida diaria que no solo se extienden al ámbito laboral y doméstico sino a muchas otras áreas, por ejemplo:
Estudios
Las mujeres que superan el acceso a la universidad son casi el 60%, mientras que la cifra en los hombres es de un 41%. En cuanto a los resultados, ellas aprueban un 82%; ellos, un 72%. Unos datos que contrastan con las cifras de brecha salarial que veremos a continuación.
Empleo
El salario medio anual de una mujer es un 22,17% más bajo que el de un hombre, un buen ejemplo de la desigualdad de género. La tasa de empleo en mujeres es del 44% mientras que la de los hombres es del 55,7%.
En el caso de las pensiones, según datos de 2018, la diferencia también es significativa. Una pensionista recibe una media de 740,2 euros mensuales, mientras que su equivalente masculino cobra alrededor de 1.162,3 euros.
Hogar
Las tareas del hogar se reparten también de forma poco equitativa. En general, las mujeres dedican una media semanal de 20 horas a poner a punto su casa, mientras que los hombres, solamente, una media de 11 horas. Además, la tasa de riesgo de pobreza, también, es mayor en la población femenina, un 21,3% frente al 20,1% de los hombres.
Poder
También en política podemos ver la desigualdad entre ambos géneros. La participación de las mujeres en cargos ejecutivos de los principales partidos políticos se cifra en un 38%. Y según datos de la ONU, el 90% de los jefes de Estado del mundo son hombres, y, en cuanto a las personas que conforman los parlamentos, encontramos que la cifra de hombres es del 76%.

Actitudes de desigualdad de género
• La sociedad sigue asociando roles a niños y niñas.
• Hay conductas que no son válidas si eres una niña. A las niñas se las restringe salir de casa y, si llegan tarde, sus progenitores se molestarán, pero es algo que no está mal visto si eres un niño.
• A cada género se le presupone un determinado comportamiento. La sociedad espera una forma de ser, una apariencia o vestimenta definida según el género.
• En el deporte sucede algo similar. A las niñas y a los niños se les incita a practicar juegos diferentes y es importante evitar dar por hecho simplemente lo que viene dado por tradición.
“Hablas como un marimacho”, “este tiene un estilo afeminado”, “no te vistas así, que vas provocando”, “un hombre no llora” ... Son frases muy habituales hoy en día que nos demuestran que los roles o estereotipos de género afectan tanto a niños como a niñas. Es importante que todos (hombres y mujeres) seamos conscientes de situaciones como las que hoy te hemos contado y las denunciemos cuando está en nuestras manos.
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